jueves, julio 06, 2006

Aspectos ideológicos de la liberación animal







En materia de construcción de ideas y acciones se puede afirmar que estamos en "deuda" tanto con lo que consideramos un movimiento como, de forma directa, con los animales no humanos, los principales afectados por el especismo y la explotación animal organizada desde los diversos aparatos ideológicos del sistema de producción capitalista.

Otros modelos llamados de producción alternativa también manifiestan un especismo declarado aunque "ignorado" supuestamente por quienes lo ejercen, modelos generalmente denominados horizontales, autónomos, libertarios, etc, reñidos de forma directa con la libertad de quienes no se pueden organizar para defenderse.

Hablo de los llamados lugares comunitarios, autogestionarios, pero que no ofrecen nada alternativo o nuevo para los animales, ya que lo que difunden es la explotación "casera" de gallinas, conejos, vacas, y de los llamados animales autóctonos de cada zona o región del planeta.

Separar la ética vegana de estas prácticas es más que necesario, ya que con nuestra ética diaria también denunciamos el sistema económico que nos obliga a trabajar y autoexplotarnos diariamente (o cuando se pueda), y que intensifica la degradación humana a través del sexismo con la prostitución, el consumo y venta de drogas, robo entre los pobres, etc...

Toda respuesta a la explotación tiene que tener un sustento que ponga en tela de juicio aquellas tradiciones que se niegan a respetar la vida de otros seres que son diferentes a nosotros, pero iguales en lo que atañe al sufrimiento, dolor, e interés en vivir libres, algo que queda claro cuando observamos a animales domesticados, como los perros, ser llevados de cadenas o correas: ellos quieren ir por un lado, y sus “amos” por otro. O cuando vemos mordisquear a los cerdos los barrotes de sus celdas (llamadas jaulas); voluntad de vivir libres es patente. ¿Es que no somos capaces de nos darnos cuenta de eso? ¿Es tanta nuestra alienación del mundo natural que no podemos ver los deseos de los demás seres con una capacidad de sufrir análoga a la nuestra?

Los animales no humanos, mediante estas acciones, están adoptando una determinada posición ante la explotación. El hecho de no querer someterse, de ninguna manera, se expresa cuando chillan ante las cuchillas, sierras, o balas, cuando lloran al ser apartados de sus crías (para luego obligarlas mediante el uso coercitivo de la fuerza a “dar” leche), cuando se afligen al ver enfermar a sus hermanos, etc. Ellos también practican lo que los seres humanos llamamos solidaridad, algo ya olvidado incluso dentro de la misma especie humana.

Para contrarrestar esa explotación diaria es primordial educarnos, independizarnos de lo que el sistema nos inculca a diario, ver más allá de aquello a lo que los aparatos de dominación especista encaminan nuestros actos.

Tenemos que formarnos como seres concienciados, sin titubeos ante el especismo que a diario invade nuestras mentes, porque un sistema ideológico planificado debe ser combatido con elementos racionales, éticos, sensibilizadores, que esclarezcan cuáles son las pretensiones del movimiento de liberación animal. Si nos automarginamos como movimiento, flaco favor le hacemos a la lucha y a los demás animales indefensos. Si la liberación animal no es revolucionaria, no será nada.

Hay espacios que tenemos que ocupar, porque están vacíos de lucha. Si no lo llenamos nosotros, nadie más lo hará. Seamos realmente empáticos y pongámonos del lado de los animales marginados; ellos quieren ser libres ahora, no mañana cuando se nos ocurra hacer algo.

rebelion_animal@yahoo.com

Porque somos una Plaga



Mérida Yucatán a junio de 2006
La especie humana a pesar de constituir una de las obras maestras de la evolución del universo, esta perdiendo su derecho a permanecer en el planeta Tierra. El Mundo es un sistema dinámico y complejo y nosotros somos parte de ese sistema. No pensamos en el Universo como parte de el, tenemos la idea de que este se piensa en si mismo en nosotros y por medio de nosotros.

La cultura occidental materialista y antropocéntrica, poniendo al humano como el centro del universo y todos los recursos naturales del planeta a su servicio, ha llevado a la ruptura entre el hombre y la naturaleza, como consecuencia tenemos la crisis ambiental actual.

La cultura animista de las llamadas “religiones primitivas”, reconocían el carácter sagrado de todos los seres vivos y la Tierra como su hogar.

En los 200 años que han seguido a la revolución industrial, nos hemos ganado no sólo la condición de plaga, sino de la más peligrosa que ha habitado el planeta. Las razones para afirmar lo anterior son:

1. Hemos ido eliminando los mecanismos naturales que regulaban nuestro impacto en los ecosistemas, hemos acabado o controlado a casi todos nuestros enemigos naturales con excepción de las bacterias, hongos y virus y que son un dolor de cabeza para nuestra especie.

2. Hemos llegado a impactar todos los ecosistemas del planeta, aun cuando no hemos llegado a la gran profundidad del océano, nuestros desechos si han llegado contaminándolo y tenemos toneladas de basura flotando en el espacio.

3. Hemos vencido la selección natural que elimina a los individuos menos aptos, superando la esperanza de vida.

4. Superar la esperanza de vida ha propiciado la súper población y actualmente somos más de 6 mil millones de humanos; hemos rebasado por mucho la capacidad de carga del planeta (de 500 a 1000 millones de humanos) lo que representa una seria amenaza a los ecosistemas.

5. El impacto negativo sobre el ambiente es global, ya sea intencional o accidental, como ejemplo tenemos la capa de ozono, que siendo básica para la vida en la tierra, y que a la naturaleza le llevó 2 mil millones de años formar, nosotros la hemos llegado a deteriorar en pocas décadas.

El fenómeno del calentamiento global que amenaza la vida en el planeta, propiciado por la contaminación humana a la atmósfera (combustibles fósiles), ha agudizado los huracanes, tornados, terremotos, fenómenos como el niño y la niña etc.

6. Hemos generado en los últimos años tal cantidad de basura que no sabemos donde eliminarla y usamos la tierra y nuestros cuerpos de agua (ríos, lagos, mares) como sumideros. En los océanos el impacto sobre la fauna y flora marina es letal, afectamos negativamente el fitoplancton (plantas microscópicas en suspensión) que genera la mayor cantidad de oxígeno que respiramos y que es la base de la cadena alimenticia marina.

El origen de nuestra tragedia ecológica es que tomamos de la tierra sin devolverle. Tomamos recursos y devolvemos venenos.

Somos una especie que gasta miles de millones de dólares en armas, en guerras para dominar y en tecnologías para tener una vida más cómoda, destruyendo este frágil planeta. Parece que hemos olvidado que lo compartimos con otras 300 millones de especies y que el daño que le hagamos al planeta nos lo hacemos a nosotros mismos.

La naturaleza tiene suficiente para cubrir las necesidades de todos pero no las ambiciones de unos cuantos. (Mahatma Gandhi)

ATENTAMENTE

Dra. Rosario Sosa Parra
Presidenta de la Asociación Por Los
Derechos de los Animales en Yucatán A.C. “ADAY”

Fuente: www.redamma.com
Gracias a Aurora Boreal por este articulo.